De Macondo al sancocho,,, el sabor a Colombia.
En estos dias, ha surgido de nuevo la pregunta en diferentes estadios, ¿que es ser bogotano, o que es ser colombiano?
Borges lo describe como un acto de Fe, Carlos vives dirá que es la tierra del olvido, Garzon dirá que somos unos cómodos que delegamos en unos doctores el control del país y después nos quejamos, Botero nos ve gorditos y atrapados en nuestras costumbres entre colores pastel, Villamil nos hablara del recuerdo y paisajes...y el pibe Valderrama nos dirá que todo esta bien.
Negret nos transportará a un mundo moderno, Salmona nos devolverá el ladrillo como medio, Samper nos traerá la humanidad perdida, el mono Martinez el poder de la imaginación.
Entre esta mezcla de paisajes, topografías y ciudades, de colores tierra, de mar y rios, de comidas y canciones, bailes típicos y a típicos; Somos tantas cosas que es difícil definir. Por eso quizas el plato mas famoso sea un “Sancocho”una sopa deliciosa que mezcla de todo, que la come el campesino o el citadino. Agua, Papa, yuca, cilantro, carne de la una de la otra, etc. Una especie de sortilegio de sabor a tierra, de sabor a colombia.
Lo demás es un marco, un plato, una olla,,, que coce el elixir, bajo la brasa de los maderos, con un gran sabor a paisaje.
Grabriel Garcia Márquez, el gran cocinero del relato.
Ahora bien Bogotano, mmm....
Recuerdo de pequeño el frío y la montaña, el disfrutar afuera el calor del sol, el caminar por el barrio de mis abuelas, el polo o modelia, espiar la magia de los antejardines y las historias, la gente se conocía, estaban los vecinos, se iba al comercio local a comprar carritos o dulces. No habían tantos carros, ni tanto ruido, quizás todo era muy tranquilo, se iba a la esquina a ver que películas habían nuevas para el Betamax, no recuerdo ningun afán.
Los cerros y el centro tenían un brillo de solemnidad, la gente se vestía para la ocasión, tambien todo parecía muy serio, hasta el color del cielo, en los llanos de mi infancia no había esta seriedad, habían rios, bosques, sitios por conquistar, historias para vivir. Toda la ciudad de villavicencio era como un gran barrio, sin semáforos y sin hamburguesas.
Y todo se fusiono muy muy rápido,,,
Lo que tenemos son historias, atmósferas, brillos y viajes cortos a lugares fantásticos, donde viven las tias o los primos, somos historias vivientes de un sancocho que aun cocina.
Claro quizas el nombre del plato no es el adecuado. Tendemos a sancocharnos en un avión o en un carrro caliente. Quizas el nombre del SANCOCHO debíamos cambiarlo por MACONDO!.
Venga deme un MACONDO bien caliente...
El Ajiaco bogotano mezcla de papas, especias y pollo, tiene mas porte y brillo, como nombre, quizas seamos una continua fluctuación entre sopas y caldos...de un lugar u otro. Mezclas mestizas de sabor lugar.
Una sociedad qué hay que hervirla a 7 hervores, un concierto barroco como el de carpentier, hecho caldo - de trabajo, esfuerzo y Amor. -
Acá no hay comidas rápidas, y cosas abstractas, por aca hay ganas y trabajo!...de sacar las familiar adelante, de que pare la guerra algún dia y podamos abrazarnos fraternalmente sin miedo u odios politicos y regionalistas... incomprensibles.
Un abrazo caldifero, cocido en olla, lenta y de leña, de barro de ladrillo y tapia, por un mundo mejor, por seguir compartiendo historias, por seguir preparando estos caldos donde colaboran todos.... mientras se baña en el rio, o tocan los mayores alguna copla o bambuco....eso han querido todos, nuestros abuelos, papas y ahora nos toca a nosotros.
Pd.
(Y ya me dio hambre...con este frío... de un sancochito o un ajiaquito, pues aca si algo hacemos todos es hablar con diminutivos a todo lo que queremos.) mientras un cafecito....
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